En una noche fría Racing convirtió uno y le alcanzó. Banfield jugó de la misma manera hasta en un amistoso. Martinez arrancó en el banco y terminó siendo el héroe, una vez mas.
El planteo fue un poco mezquino, pero se entiende al técnico ya que en los amistosos anteriores las dudas volvieron a sembrar y una derrota ante el taladro hubiese puesto las miradas de los hinchas un tanto de reojo para un plantel que se armó para pelear arriba y se espera precisamente eso: ser protagonista. De arranque Toranzo se puso el traje de conductor, parado cerca de Yacob intentó darle juego al equipo y por momentos lo consiguió, aunque a Racing le faltó profundidad. Con Cahais y Licht, la franja izquierda no parece tener problemas y había que ver como se comportaba la derecha, que tenía a Cáceres de cuatro y Pillud de volante. Ambos rindieron bien, en especial el paraguayo y, en el equipo ideal, debería jugar el atrás, que Toranzo pase a la derecha para que ingrese Giovanni Moreno de enganche.
El partido fue malo, no hubo espacios ni jugadas de gol. Se podían utilizar cinco cambios pero ni así parecía quebrarse el cero, hasta que Russo mandó a la cancha al chaco, quien luego de una mala salida de Bologna cabeceo a la red. La victoria lo pone a La Academia en la final del próximo sábado ante el ganador de San Lorenzo - Quilmes.
Russo tiene las piezas, solo tiene que saber ubicarlas en el tablero. Racing armó un buen equipo y está para pelear, pero si de algo sabe el hincha es de ilusiones rotas, por eso con clama se irán dando las cosas. Lástima el fixture complicado de arranque. Que el hincha no empiece a pedir a Luguercio si en la tercera fecha Hauche no convirtió, porque hay que aprender de los errores del pasado para poder conseguir éxitos en el futuro.
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