martes, 16 de febrero de 2010

De Llop a Russo y un sin fin de hechos

En tan solo catorce meses la actual dirigencia que nos comanda, al frente de Rodolfo Molina, decidió que cuatro entrenadores ocuparan el trono del banco de suplentes local, sumando un interinato de Juan Barbas (y un segundo interinato si se confirma que dirige el partido del pr♀ximo sábado ante San Lorenzo).
Cada uno fue variando su personalidad, trato y manejo con los jugadores y la dirigencia, tácticas elegidas, etc. Cada maestro con su librito.
Pasó el Chocho Llop en un complicadísimo Racing que no daba pie con bola.

La suerte la echaron "los de enfrente" en aquella fatídica tarde de Parque Patricios.
El sucesor de Llop, era un técnico calificado de motivador y "saca puntos". Ricardo Caruso Lombardi le supo inflar el pecho a ese plantel y con un juego austero y mezquino, ganó en confianza y llegó a realizar lo que para muchos fue un milagro: de estar penando en la quinta fecha con un solo punto, Racing sacó 29 en las catorce fechas restantes, y salvamos el pellejo una cita antes de terminar el torneo. Triunfazo.

Sin embargo, esto es Racing y me duele decir que las alegrías no son muy duraderas. El error estuvo en darle todo el poder a un técnica que se aprovechó de lo logrado. Grandes ventas en cuanto a dinero que ingresó en las arcas, pero mal gastado en jugadores que no servían ni de relleno. Solo Cahais, Steinert, y De Olivera perduran de aquellos doce nombres que llegaron. Muy poco duró la ilusión que teníamos de entrar a alguna copa. Luego de la derrota con Boca en la octava fecha, y tras no haber ganado un solo partido en el torneo , Caruso se fue. Y vino el interinato de Barbas.
Cuatro partidos tuvo que esperar Juan Barbas para poder lograr el primer triunfo Académico. Fue con un contundente 4-0 a Atlético Tucumán en Avellaneda.

Y luego llegó Claudio Vivas (nótese bien que no quise emitir alguna palabra acerca de Lothar Mattaus) para llevar a cabo un proyecto a largo plazo. El problema fue que la soga estaba aprentando muy fuerte el cuello y no había tiempo de proyectos ni de futuros. Se necesitaba presente y resultados. Once partidos y tan solo cuatro victorias fue uno de los detonantes del corto ciclo del ex ayudante de Marcelo Bielsa al frente de nuestro club. Además de la insistencia en un esquema rígido que no daba ningún resultado.

Vivas dijo que quería morir con las botas puestas y así fue ejecutado por la dirigencia. Los gustos estaban dados. Se armó un plantel para aspirar a la gloria máxima, y tras casi un cuarto de torneo jugado la cosecha había sido muy pobre.
Hoy es el turno de un técnico con pergaminos. Miguel Angel Russo llega para cuimplir con la difícil misión. Habrá que ver si Barbas le puede dar tres razonas para respirar mas tranquilo. Aunque eso es especular, ya que todavía no se sabe si el ex técnico de Central debutara contra San Lorenzo.

El tiempo se acorta y es urgente ganar y sumar. Comparto la decisión de la dirigencia de no insistir con algo que se veía insostenible. Ojala que Russo nos saque de terapia intensiva para nunca más volver a una situación así.

Julio Marino

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